Las acciones caen este viernes en Wall Street, pero los principales índices aún están en camino de cerrar la semana corta en terreno positivo. El Dow Jones Industrial Average pierde 140 puntos y marca su primera caída en seis sesiones. El S&P 500 retrocede casi 3%, mientras que el Nasdaq Composite cayó un 1,3%, con Nvidia, Tesla y Netflix marcando descensos de más del 2%.
En concreto, el S&P Merval cae 2,9% a 2.567.110,95 puntos básicos. Los papeles que más pierden son: Transener (-2,7%), Transportadora de Gas del Norte (-1,9%) y Edenor (-1,9%).
En cuanto a los ADRS, los que más suben son Telecom (+3%), y Loma Negra (+1,4%) y los que más caen Edenor (-1,9%), y Banco Macro (-1%).
En la renta fija, los bonos en dólares operan mixtos: los que más bajan son el Global 2046 (-1,6%), y el Global 2030 (-0,3%), y los que más suben son el Global 2029 (+1,6%), y el Global 2041 (+0,3%).
El año 2024 se convirtió en un periodo crucial para la economía argentina bajo la presidencia de Javier Milei. A lo largo de este tiempo, el analista financiero Leandro Ziccarelli ofreció un análisis detallado sobre los balances y las perspectivas futuras, centrándose en los logros alcanzados y los retos que aún persistían. En este contexto, Ziccarelli proporcionó una visión integral de cómo el gobierno había manejado la economía y qué se podía esperar para el año 2025, especialmente en términos de inversiones y la evolución del dólar.
En un webinario organizado por el bróker Inversiones Andinas, Ziccarelli comenzó su análisis afirmando que el primer año del gobierno de Milei fue un periodo de correcciones económicas necesarias. A pesar de que fue un año difícil, el analista consideró que las correcciones más severas ya habían pasado. En sus palabras, «el momento más duro de este modelo lo pasamos los primeros seis meses». Este periodo estuvo marcado por la necesidad de realizar ajustes en un contexto económico complicado, donde la inflación y la inestabilidad eran predominantes.
Uno de los cambios más significativos fue la implementación del blanqueo, que permitió un ingreso inesperado de capitales al país. Ziccarelli enfatizó que «20 mil millones de dólares cambiaron la ecuación». Este flujo de capital no sólo proporcionó un alivio inmediato al sistema financiero, sino que también ayudó a estabilizar las reservas del Banco Central y a mejorar la percepción del mercado sobre la economía argentina.
El analista destacó que el blanqueo representó un «oxígeno al modelo», ya que brindó recursos vitales para enfrentar los desafíos económicos. Esto fue especialmente relevante en un contexto donde las reservas netas eran una preocupación constante. Ziccarelli subrayó que «el blanqueo fue un cambio de juego» y permitió al gobierno tener mayor margen para maniobrar en el futuro.
Desempeño económico y expectativas para 2025
A medida que se evaluaba el desempeño económico, Ziccarelli destacó varios indicadores positivos. La inflación, que había alcanzado niveles alarmantes, comenzó a moderarse. El analista mencionó que «hoy estamos abajo de 1/3» de las tasas inflacionarias del pasado, lo cual era un avance considerable. Además, el superávit fiscal se convirtió en una realidad tras años de déficit, lo que permitió al gobierno tener mayor margen para maniobrar en el futuro.
Sin embargo, Ziccarelli también advirtió sobre los desafíos que aún persistían. A pesar de los avances logrados, la economía argentina seguía siendo vulnerable a factores externos y a la percepción del mercado. En este sentido, el analista subrayó la importancia de mantener una comunicación clara y efectiva con los inversores para evitar cualquier tipo de ansiedad en el mercado.
Para 2025, las proyecciones eran optimistas pero cautelosas. Según Ziccarelli, las consultoras comenzaron a ajustar sus expectativas: «la inflación se espera por debajo del 30% y el tipo de cambio se estabilizará en torno a 1200 pesos». Esto representaba una mejora significativa respecto a las proyecciones iniciales del año anterior. Además, se anticipaba un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en torno al 4%, lo que indicaba una recuperación gradual de la economía.
Ziccarelli también mencionó que las expectativas sobre el dólar eran igualmente alentadoras. Con una proyección de estabilización en su valor, se esperaba que esto incentivara tanto a inversores locales como extranjeros a participar en el mercado argentino. El analista concluyó que «no soy pesimista con los activos argentinos», pero subrayó la necesidad de seguir monitoreando la situación económica global y local para ajustar estrategias según fuera necesario.
Inversiones: clima propicio y oportunidades
En cuanto a las inversiones, Ziccarelli destacó que el clima actual era propicio para atraer capitales extranjeros. Con un marco económico más estable y una política fiscal más responsable, las condiciones estaban dadas para un aumento en la inversión. Sin embargo, también mencionó que «hay que ver asset class y meterse en cada segmento de activos». Esto implica que no todos los sectores responderían igual ante las nuevas condiciones económicas.
El analista enfatizó que las inversiones deberían enfocarse en sectores estratégicos donde se viesen oportunidades reales de crecimiento. Por ejemplo, mencionó áreas como la energía renovable y la tecnología como puntos clave donde los inversores podrían encontrar rendimientos atractivos. Además, destacó la importancia de diversificar las carteras para mitigar riesgos asociados con posibles fluctuaciones económicas.
Ziccarelli también abordó el tema del financiamiento externo. Con tasas internacionales aún relativamente bajas, Argentina podría beneficiarse si lograba atraer inversiones en proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible. Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de mantener una política económica coherente y predecible para asegurar la confianza de los inversores.
Dólar: proyecciones y estrategias
El dólar continuó siendo un tema crucial en las discusiones económicas argentinas. Ziccarelli señaló que, con una proyección establecida alrededor de 1200 pesos para finales de 2025, esto podría ofrecer un respiro tanto a consumidores como a empresarios. La estabilidad del tipo de cambio es fundamental para fomentar un ambiente propicio para las inversiones y mejorar el clima empresarial.
El analista explicó cómo una gestión adecuada del tipo de cambio podría ayudar a contener la inflación y permitir a las empresas planificar sus operaciones con mayor certeza. Sin embargo, también advirtió sobre los riesgos asociados con intervenciones excesivas por parte del gobierno en el mercado cambiario.
Ziccarelli sugirió que sería prudente adoptar políticas monetarias más flexibles para permitir cierta fluctuación del tipo de cambio sin desestabilizarlo por completo. Esto podría ayudar a evitar situaciones críticas como las vividas en años anteriores cuando el control excesivo llevó a crisis cambiarias severas.
Desafíos futuros: mantener la estabilidad
A pesar del optimismo generalizado sobre el futuro económico argentino, Ziccarelli no dejó pasar por alto los desafíos persistentes. Uno de los principales riesgos identificados fue la posibilidad de cambios abruptos en el entorno internacional que pudieran impactar negativamente en las exportaciones argentinas.
Además, mencionó que era esencial seguir trabajando en mejorar la competitividad del país mediante reformas estructurales que facilitarán un crecimiento sostenido a largo plazo. Las cuestiones relacionadas con la burocracia estatal y los altos costos laborales seguían siendo obstáculos importantes para atraer inversiones extranjeras directas.
Ziccarelli también hizo hincapié en la importancia de fortalecer las instituciones económicas argentinas para garantizar un marco regulatorio claro y estable. Esto no solo ayudaría a atraer inversiones sino también a generar confianza entre los actores económicos locales e internacionales.
El primer año del gobierno de Javier Milei estuvo marcado por desafíos significativos y logros importantes. A través de correcciones económicas dolorosas pero necesarias, se logró establecer un camino hacia la estabilidad fiscal y monetaria. Las perspectivas para 2025 son optimistas, con expectativas de inflación controlada y crecimiento económico moderado.
Ziccarelli enfatizó que el éxito futuro dependerá no solo de las políticas implementadas por el gobierno sino también de cómo se perciban estas medidas tanto dentro como fuera del país. La capacidad del gobierno para mantener una comunicación efectiva con los inversores será crucial para asegurar un flujo continuo de capitales y fomentar un ambiente propicio para las inversiones en Argentina.