viernes, diciembre 27, 2024

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El Gobierno juega a la política interna con el caso del gendarme detenido en Venezuela | Bullrich denunció al exembajador Laborde por «traición a la patria»

El Gobierno nacional a través del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich denunció al exembajador argentino ante la República Bolivariana de Venezuela, Oscar Laborde, por “traición a la patria” tras haber colaborado en hacer llegar una carta de la madre al gendarme Nahuel Gallo, detenido por el gobierno de Nicolás Maduro (en medio de una situación aparentemente “irregular” aunque no aclarada) y sin conocimiento de la Cancillería argentina. «Me dicen que soy un traidor a la patria por mandar una carta de la madre a un hijo. Yo creo que se tapa una cosa sobre otra”, respondió Laborde, quien afirmó que lo hizo a través de los contactos que le quedaron de su paso diplomático por Caracas por pedido del dirigente social Juan Grabois y aseveró que no tuvo la intención de «intermediar entre los gobiernos». En tanto, Grabois confirmó que “la carta, desde luego, fue enviada a pedido de la familia que confió en mí –abogado especializado en derecho internacional público– para que le llegue”, que Laborde “fue el único que la pudo realizar con éxito” entre las distintas personas que contactó y destacó que “gracias a la gestión del ex embajador se rompió el aislamiento de Nahuel Gallo”. Además, Grabois pidió al Gobierno que la denuncia fuera dirigida hacia él como el gestor del hecho “humanitario”, pero le reclamó a la Casa Rosada que asuma la representación de Gallo: «Espero de corazón que el Estado cumpla sus deberes sin intención propagandística ni otro objetivo que el bienestar y el retorno de Nahuel”, indicó.

Enemigo interno

Lejos de responder por la responsabilidad del Gobierno y de su cartera, bajo cuya órbita está la Gendarmería, Bullrich recurrió a la teoría del “enemigo interno” y denunció a Laborde de “traición a la patria”. «Mientras la Cancillería intenta lograr la liberación de Nahuel Agustín Gallo por vía diplomática a través de las misiones internacionales pertinentes, el exembajador de la República Argentina ante la República Bolivariana de Venezuela Oscar Alberto Laborde inició sin ningún tipo de autorización oficial, gestiones internacionales contactando a la familia del Gendarme en Argentina, a fin de entregarle ‘una carta’, con la colaboración del Gobierno de Venezuela», señalaron desde la cartera que lidera Patricia Bullrich.

El gobierno de Javier Milei dice que esa misiva y su gestión contaron con “la colaboración del gobierno de Venezuela”. El texto de la denuncia acusa a Laborde de actuar “contra los intereses del país para sostener la justificación de la desaparición forzada de un nacional argentino, arrogándose facultades diplomáticas que solo pueden ejercer representantes de la Cancillería”.

Además, la denuncia realizada por el ministerio que conduce Bullrich aduce que “la información que se tiene del denunciado Laborde lo acerca a ser un colaborador del régimen de Maduro”. Por esas razones, el Gobierno acusó formalmente al exfuncionario de “haber traicionado los intereses de la Nación”, y luego exagera la situación al calificar el hecho como “un caso que resulta de una gravedad institucional inusitada en el concierto internacional de los países”. El gobierno nacional ya había defenestrado públicamente al exembajador argentino en Venezuela, quien aprovechando sus vínculos con el gobierno bolivariano intentó acercar posiciones en el caso. Por ese motivo, desde Casa Rosada lo definieron con el mote macartista de “agente cubano”.

Réplica de Laborde

«En vez de solucionar lo que tienen que solucionar el Gobierno y la Gendarmería, tratan de ocultar, cambiar el eje la discusión y proyectar sobre mí, con el tema de un agente de otro país, algunas cuestiones personales de Patricia Bullrich», respondió Laborde.

El exembajador informó que la única intervención que tuvo fue para entregarle a Gallo una carta que le enviaba su madre: «Me pidió si le podía hacer llegar, en la fecha de Navidad, una carta a su hijo. El tema me lo trajo (Juan) Grabois. Ella estuvo muy agradecida de que hayamos tenido esa acción», añadió. Aseveró que no tuvo la intención de «intermediar entre los gobiernos» y que sólo, por su labor como embajador en Venezuela, «le quedaron contactos» para realizar una «gestión humanitaria» solicitada por la familia del gendarme, a través de Grabois.

«Lamento que se haya interpretado como tratar de humanizar al régimen (de Maduro). Argentina no había hecho nada sobre el tema. Todavía no tenemos un abogado para que atienda el caso del gendarme. Recién ayer parece que Brasil se enteró del tema. Yo no me metí. Le hice llegar una carta de la madre al gendarme», reafirmó Laborde.

La gestión de Grabois

En una extensa carta que hizo pública en la red social X, Grabois explicó que Laborde hizo la gestión “mediante sus relaciones del poder judicial de Venezuela a raíz de un pedido mío” y a solicitud de familia del gendarme “que confió en mi” como abogado. “Cumplimos nuestro objetivo. Por los motivos que sean, teniendo en cuenta que finalmente las autoridades recibirán a los familiares para informarles los pasos a seguir para resolver la situación de nuestro gendarme”, dice la carta pública y agrega: “es posible y deseable que de aquí en más, el Gobierno Nacional asuma la representación de Nahuel y su familia; espero de corazón que el Estado cumpla sus deberes sin intención propagandística ni otro objetivo que el bienestar y el retorno de Nahuel”.

“Recalco que el conducto fue el poder judicial –continuó Grabois–. Sea cual fuera la posición sobre la independencia judicial en Venezuela, es imperioso que el gendarme Nahuel Gallo cuente inmediatamente con representación jurídica, es decir, que el Estado Argentino designe un abogado seguramente mediante la representación diplomática de Brasil”.

Allí, el dirigente social también amplia los motivos de su intervención en el caso. “Nahuel Gallo es mi compatriota: garantizar su derecho a defensa, intervenir por su bienestar y procurar su regreso al país es un deber para cualquiera que pueda ayudar, con independencia de cualquier circunstancia particular del caso, cualquier opinión en torno a la política exterior de nuestro país, cualquier posición en torno a la situación de la República de Venezuela”.

“En mi caso –sostiene Grabois–, no me corresponde decir nada sobre las circunstancias del caso ni manifestar posiciones personales sobre Venezuela. Si hablo, si adjetivo, luego no pudo ayudar. En todo caso, voy a decirlas cuando Nahuel esté en casa. Sobre el gobierno argentino, tengo muchos temas para pelear con Bullrich y (el Canciller, Gerardo) Werthein, etc. Este no es uno de ellos. Incluso tal vez sea el único tema en el que estoy dispuesto a colaborar con nuestras autoridades por un objetivo nacional: el resguardo de los derechos del gendarme Nahuel Gallo”.

Finalmente y tras destacar la tarea que realizó Laborde y que «logró romper el aislamiento» del gendarme argentino, Grabois realizó un particular pedido “por el más elemental sentido del honor” a Bullrich: “por favor me denuncie a mi también; sería indigno de mi parte permitir que a un hombre que intentó ayudar a causa mía se lo encause injustamente de un delito tan infame”.