Además de la pérdida, la familia de Lucas Escalante (30), quien murió el 13 de noviembre en la comisaría de Concepción de la Sierra por presunta muerte natural, también atraviesa episodios de violencia y amenazas por parte de la policía local, según denunciaron.
José Escalante, padre de la víctima, detalló a El Territorio que el 24 de diciembre radicó una denuncia en sede policial por amenazas contra Junior T., uno de los agentes de esa fuerza al que también acusa de haber torturado y provocado la muerte de su hijo.
Según su relato, el hombre fue víctima de amenazas en la vía pública por parte de este uniformado. «Todo pasó el martes por la tarde, me amenazó y dijo de todo, que era un viejo de m…. y que me iba a pasar lo mismo que le pasó a mi hijo», describió José con la indignación aún latente. Agregó que las amenazas también apuntaron a testigos que aportaron datos claves en la causa que investiga la muerte por supuesta tortura policial y que corresponde a la octava del año, acontecida dentro de una comisaría en Misiones.
El hombre, afectado por las amenazas que dijo recibir, se dirigió a la comisaría en horas de la noche para formalizar la denuncia. «Tenía miedo de que no me la tomaran porque Junior trabaja ahí, pero sí me la tomaron. Si no lo hacían, iba a ir a otra fuerza de seguridad», aseguró el ciudadano. Sumado a ello, también solicitó una perimetral contra el mencionado uniformado, medida que, a consideración de José, «nos da más tranquilidad».
A un mes y 13 días de la muerte de Lucas que aún pesa en la familia Escalante y en sus más cercanos, el padre de la víctima reafirmó su deseo de que se investigue lo ocurrido. «Quiero que se esclarezca lo que pasó con mi hijo, me quitaron los brazos, él era mi ayudante en todo». Pero en sus declaraciones se percibe que sus emociones no nublan su pedido de justicia: «Sigo en pie. Ya no tengo nada que perder, lo que tenía era a mi hijo y me lo quitaron, pero sigo».
La causa se tramita en el Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles. También interviene la Comisión de Buenas Prácticas en Contexto de Encierro de la provincia, cuya comisionada a cargo se negó a responder las consultas hechas por el matutino colega El Territorio sobre los recientes trabajos hechos en este expediente.
Lucas Escalante fue encontrado muerto el 13 de noviembre en su celda -un espacio «pequeño y en muy malas condiciones», de acuerdo al testimonio de su papá José.
El informe preliminar forense de Gendarmería Nacional explicó que Escalante tuvo «muerte natural» por cardiopatía hipotéticamente congénita y «sin signos de violencia». Sin embargo, sus familiares contradicen este examen y denuncian que hubo violencia y sometimiento físico que habría incidido en el trágico desenlace.
Es por esto que, además de exigir una segunda autopsia, a fines de noviembre la familia también denunció formalmente a cuatro policías que trabajaron en la guardia en la noche de la muerte. Entre ellos, a Junior T., agente con el que tanto Lucas como su padre mantenían un conflicto de larga data. Según describieron vecinos de la localidad -y así como también lo hizo José Escalante-, el policía es conocido en la comuna por los malos tratos hacia los detenidos.
En la exposición policial citada, se acusa a este grupo de efectivos de haber violentado al remisero de 30 años mientras estuvo alojado desde el 3 de noviembre en la dependencia policial. También se mencionan testigos que habrían visto las golpizas que recibió Lucas y que describen cómo el joven, malherido, solicitaba ayuda.
Fuente: El Territorio