martes, enero 7, 2025

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El riesgo país perforó el piso de los 600 puntos básicos

Por primera vez desde agosto de 2018, el riesgo país de Argentina ha caído por debajo de los 600 puntos básicos, marcando un hito significativo en los mercados financieros. Este indicador, elaborado por el banco estadounidense JP Morgan, se situó en 578 puntos básicos, tras cerrar la semana pasada en 609 unidades.

La baja del riesgo país coincide con un contexto de creciente interés inversor, que ha impulsado el precio de los bonos soberanos Globales y Bonares por encima de los u$s 71, su nivel más alto desde su lanzamiento. Este avance refleja una mejora en las expectativas del mercado y una percepción más positiva sobre la estabilidad económica del país.

El riesgo país, un indicador clave para medir la percepción de riesgo de inversión en un país, ha mostrado una notable tendencia a la baja en Argentina durante los últimos 12 meses. Este fenómeno, aún incipiente, genera expectativas de consolidación en 2025 y plantea interrogantes sobre cuáles son los factores que están impulsando esta mejora y hasta dónde podría llegar.

Según Sergio Rodríguez, analista financiero, este año es probable que esta baja se consolide de manera paulatina, en la medida que avance el programa económico. «Si bien alcanzar niveles de riesgo país de 200 puntos básicos, como los de Brasil o Chile, es un objetivo ambicioso, un acuerdo con el FMI podría acelerar este proceso, al que se llegaría a finales del 2025», señaló.

Sin embargo, Rodríguez subraya que este acuerdo no sería un factor determinante, ya que la estabilidad fiscal y monetaria juegan un rol preponderante.

El contexto regional también es relevante. Federico González Bull, economista de Omega, comenta que Paraguay se endeuda al 5% anual y Brasil opera con tasas entre el 6% y el 7%. Para Argentina, reducir el riesgo país significa acercarse a estos estándares, lo que mejoraría sustancialmente las condiciones de financiación externa. Esta perspectiva ilustra el contraste entre las economías más estables de la región y el camino que Argentina aún debe recorrer.

Los bonos en el centro de la escena

La performance de los bonos soberanos ha sido otro indicador positivo. En palabras de Rodríguez, los bonos argentinos en dólares muestran un recorrido al alza, aunque es fundamental que comiencen a comportarse más como instrumentos de renta fija tradicional y menos como activos de alto riesgo. La perspectiva de un riesgo país entre 600 y 500 puntos aúna atractivo en instrumentos de largo plazo.

Por su parte, González Bull destaca el impacto del superávit fiscal y la eliminación progresiva del cepo cambiario como factores clave que respaldan la tendencia alcista de los bonos. «Nada impide que el riesgo país regrese a niveles de 380 puntos básicos, similares a los registrados durante el gobierno de Macri. Esto representaría una revalorización en dólares superior al 25%», asegura el economista.

Otro aspecto destacado es la capacidad del Gobierno para cumplir con sus compromisos de deuda. Este mes se concretará el pago de capital de los bonos Globales y Bonares, emitidos en la reestructuración de 2020. Con una cifra acumulada en los depósitos del Tesoro de u$s 5.698 millones, el Ejecutivo aseguró el pago de u$s 3.100 millones correspondientes a enero de 2025, además de haber cubierto gran parte de los vencimientos previstos para julio.

Rodríguez resalta que «la utilización del superávit fiscal para reforzar las reservas en divisas es una muestra de solvencia. Esta estrategia no solo garantiza el cumplimiento de pagos, sino que también refuerza la confianza de los inversores en la sostenibilidad del plan económico».

Desafíos y condiciones

A pesar de los avances, las perspectivas no están exentas de desafíos. González Bull identifica varias condiciones necesarias para que la mejora continúe: «Es esencial consolidar el equilibrio fiscal, fortalecer las reservas del Banco Central y avanzar en una salida gradual del cepo. Además, una disminución de la inflación y tasas de devaluación más acotadas serán cruciales en 2025″.

Asimismo, advierte que el contexto internacional podría agregar volatilidad. «La política de tasas de la Reserva Federal, sumada a la debilidad de la economía china, podría generar incertidumbre.», analiza.

El calendario electoral argentino también juega un papel determinante en las expectativas del mercado. «El trade electoral -la apuesta a una buena performance del oficialismo en los comicios-puede ser un catalizador importante para el riesgo país y los mercados en general», sostiene González Bull. No obstante, advierte que la presión cambiaria, impulsada por el aumento en las importaciones y la cuenta de servicios negativa, podría complicar el panorama.

El optimismo moderado prevalece entre los expertos. «Si bien es temprano para hablar de financiamiento a través del mercado de capitales, el escenario actual sienta las bases para una mejora sostenida», concluye Rodríguez.

Con reformas estructurales, disciplina fiscal y apoyo internacional, Argentina podría alcanzar niveles de riesgo país que faciliten un retorno más amplio a los mercados globales.

En definitiva, 2025 se perfila como un año decisivo para consolidar la recuperación financiera del país. Los avances recientes, aunque prometedores, requieren continuidad y estabilidad para traducirse en beneficios tangibles para la economía real. El tiempo dirá si las proyecciones optimistas se convierten en una realidad sostenible.

 Nota en desarrollo