jueves, enero 16, 2025

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Sigue prófugo un pastor evangélico acusado por agresión y violencia de género en Garupá

Pasaron casi dos años de aquel violento episodio en el que Javier Ponce, joven miembro de una iglesia en Garupá, fue atacado a golpes y culatazos por el pastor de su comunidad. Fue tal la severidad de las golpizas que el muchacho sufrió fractura de nariz y debió pasar por cirugía. Sin embargo, lo que hoy vuelve a aquejar a familiares de la víctima y a gran parte del barrio Villalonga es que el acusado, Carlos Z. (54), que ya suma dos denuncias por violencia e incluso delitos por estafa, está prófugo.

El ataque al joven Ponce ocurrió el 19 de marzo de 2023. Según el relato que pudo brindar la víctima en ese entonces, todo sucedió en horas de la noche en un domicilio próximo a la avenida Las Américas cuando el pastor, sin mediar palabra, se abalanzó bruscamente hacia Javier propinándole varios golpes en el rostro. El muchacho también contó que recibió culatazos con un revólver.

Este hecho se difundió prontamente en los grupos barriales, y fue cuando Carlos Z. decidió responder a las acusaciones. El hombre confesó haber agredido al denunciante, aunque argumentó que fue en defensa propia y que “no estaba armado”.

No obstante, esta versión pronto careció de veracidad para los vecinos del barrio, y sobre todo para la familia Ponce. Es que poco tiempo después trascendió que el pastor maltrataba a su ex esposa. Por los reiterados episodios de violencia de género y amenazas en el hogar, la mujer lo denunció. Aunque -en ese entonces, aún con miedo- no quiso compartir tales experiencias con sus vecinos ni con los padres del joven agredido, que también denunciaron al líder religioso.

La causa todavía se investiga pero con escasos avances, denunció Marcelo Ponce, papá del joven agredido, en comunicación con radio Red Ciudadana. En esa línea, el hombre acusó que, por la falta de celeridad en las pesquisas, el pastor actualmente está prófugo y que tendría contactos en las fuerzas federales que le facilitan logística y recursos para la huída.

Sobre el episodio en el que su hijo resultó con graves lesiones y fracturas faciales, Ponce recordó: “Javier me dijo que el pastor llevó un revólver, que dejó a su familia en la casa y fue directamente a donde estaba mi hijo, sacó un cuchillo y el arma”. Producto del ataque el joven sufrió fractura de nariz, lesión que, a consideración de Marcelo, no escaló a mayores gracias a que vecinos alertaron de lo ocurrido.

“Fue solo de casualidad, porque un vecino escuchó y salió de su casa a ver qué pasaba. Él no mató a mi hijo porque otros lo vieron, porque otro diácono de la iglesia apagó las luces del lugar en el que pasó todo”, continuó el relato.

Los meses siguientes fueron de idas y venidas al hospital para atender a Javier, que se encontraba malherido. Pero también de búsqueda de explicaciones a tal enfrentamiento. “Yo todo este tiempo le llamé al pastor, porque también pensé que quizás mi hijo le dijo algo, le respondió mal y el hombre reaccionó, entonces llamé al hombre”, reconoció Ponce.

Sin embargo, señaló, nunca recibió respuestas directas del pastor. Con el transcurso del tiempo, la familia supo de otros hechos de estafa y también de violencia contra la ex esposa del agresor. “Yo desconocía que él golpeaba a su mujer, y ella hace poco se contactó conmigo desesperada para contarme y que la asista”, indicó el denunciante.

Afortunadamente, la víctima denunció lo ocurrido en sede policial. Esto se suma al prontuario que recae sobre el líder religioso, descrito como violento y conocido por haber estafado a varios feligreses de la comunidad “Vida en Jesús” -según mencionó Ponce en entrevista radial-.

Al respecto, el hombre apuntó que “los miembros de la iglesia están siendo intimidados por ese pastor y tienen miedo de salir a hablar. Él se quedó con terrenos ajenos, siempre pedía dinero, y su ex esposa recién se animó a contar estas cosas que estaban escondidas”.

La comunidad de Garupá continúa atenta a los avances en las pesquisas para dar con Carlos Z., de quien hace días se desconoce su paradero. “Abusaron de la fe y de la confianza de la gente”, juzgó Ponce.

Fuente: El Territorio