En la última rueda de la semana, el dólar blue se vende este viernes sin cambios a $1.240 en las cuevas del microcentro porteño. En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación (CCL) se negocia a $1.184, mientras que el dólar MEP opera en $1.167.
La reciente política de «competencia de monedas» impulsada en Argentina, que permite el uso simultáneo del peso y el dólar en transacciones cotidianas, ha sido evaluada críticamente por expertos y analistas de mercado. Según sus análisis, esta medida refleja la naturaleza bimonetaria de la economía argentina, pero enfrenta importantes limitaciones operativas y contradicciones al implementarse en un contexto marcado por el cepo cambiario y una amplia brecha entre los tipos de cambio.
Los analistas señalaron que, si bien la iniciativa podría facilitar ciertas operaciones y beneficiar a empresas al evitar el mercado oficial de cambios, su alcance se ve restringido por las severas regulaciones vigentes. Destacaron que muchos consumidores asocian el dólar más con el ahorro que con el gasto, lo que podría limitar su adopción como medio de pago en el corto plazo. Además, alertaron sobre las distorsiones fiscales derivadas de la coexistencia de múltiples tipos de cambio, lo que podría generar inconsistencias en los precios y en el cálculo de impuestos.
Desde una perspectiva internacional, los expertos subrayaron que gestionar un sistema bimonetario exitoso requiere políticas que promuevan la estabilidad económica, como ocurrió en casos como Perú y Uruguay. En esos países, la integración regulada del dólar fortaleció sus monedas locales, pero en un contexto de mayor libertad cambiaria y reglas claras. En contraste, señalaron que en Argentina, la falta de acceso irrestricto al dólar y el riesgo de descalce de monedas —donde ingresos y deudas están denominados en distintas monedas— representan desafíos importantes para la convivencia monetaria.
En síntesis, los analistas concluyeron que esta política, aunque busca capitalizar la estructura bimonetaria de la economía, no resuelve los problemas estructurales del sistema. En un país donde la inflación crónica y la desconfianza en la moneda local han impulsado la dolarización de facto, el éxito de esta iniciativa dependerá de un marco regulatorio que equilibre los riesgos y fomente la estabilidad sin profundizar las distorsiones existentes.
Competencia de monedas con cepo
La consultora Econviews calificó la nueva política de «competencia de monedas» anunciada por el Gobierno como una medida cargada de contradicciones y limitaciones operativas. En su análisis, Econviews sostuvo que esta iniciativa, que busca facilitar el uso tanto del peso como del dólar en las transacciones cotidianas, refleja la naturaleza bimonetaria de la economía argentina, pero no resuelve los problemas estructurales que enfrenta el sistema monetario del país.
Según la consultora, los argentinos ya piensan y operan en dólares debido a las décadas de alta inflación que erosionaron la confianza en el peso. «Argentina es una economía bimonetaria de facto, independientemente del marco jurídico», afirmó Econviews.
En este contexto, la nueva normativa permitiría que las empresas expresen sus precios en ambas monedas y habiliten el pago en dólares a través de medios digitales como los códigos QR, un paso que, en teoría, simplificaría las transacciones minoristas.
Sin embargo, Econviews enfatizó que la medida también plantea preguntas clave sobre su implementación. Por ejemplo, aunque los pagos en dólares puedan facilitar ciertas operaciones, los usuarios minoristas podrían mostrarse reticentes debido a la asociación del dólar con el ahorro más que con el consumo. Además, muchas empresas se beneficiarían al evitar el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), pero esta ventaja está limitada por las restricciones impuestas por el cepo cambiario.
Las contradicciones de la iniciativa
La coexistencia de esta «competencia de monedas» con el cepo cambiario representa, según Econviews, una contradicción evidente. «¿Cómo es posible que compitan dos monedas si no hay libertad para convertir una por la otra?», cuestionó la consultora.
El análisis señaló que, mientras los impuestos y salarios continúan denominándose en pesos, algunas empresas se verán obligadas a vender sus dólares para cumplir con estas obligaciones, sin la garantía de poder recomprarlos luego debido a las restricciones cambiarias vigentes.
Otro punto crítico se relaciona con el tipo de cambio que utilizarán los comerciantes para expresar sus precios en dólares. Econviews advirtió que, probablemente, el tipo de cambio utilizado no será el oficial, sino el dólar bolsa (MEP) o el dólar blue, lo que generará una nueva referencia cambiaria
«Esta situación podría derivar en inconsistencias fiscales, ya que los impuestos sobre las transacciones en dólares podrían calcularse al tipo de cambio oficial, resultando en montos inferiores a los establecidos en pesos», explicó la consultora que dirige Miguel Kiguel.
Sobre la convivencia de monedas en Argentina
En la misma línea, un reciente análisis del economista Guido Zack, director de Economía de Fundar y profesor e investigador del IIEP (UBA) y CIMaD (UNSAM), expuso a través de su cuenta de X su perspectiva sobre las nuevas medidas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en relación a la convivencia de monedas. Según el especialista, estas políticas abren una discusión crucial sobre la posibilidad de gestionar un sistema bimonetario en el país.
Zack enfatizó que Argentina no es un caso único en el mundo donde se utilicen más de una moneda para transacciones y ahorro. Sin embargo, aclaró que «en ningún país se utilizó la competencia monetaria como herramienta para debilitar la moneda local y promover la dolarización endógena». A su juicio, la clave no está en enfrentar al peso con el dólar, sino en fomentar una coexistencia que beneficie la estabilidad económica.
El economista citó los ejemplos de Perú y Uruguay como casos exitosos de sistemas bimonetarios. Ambos países, según Zack, lograron integrar el dólar en su economía de manera legal y regulada, lo que contribuyó a fortalecer sus monedas locales. «Estos países no buscaban una dolarización endógena, sino una desdolarización gradual», afirmó.
Una de las estrategias clave fue permitir ciertas transacciones en dólares, pero reservar otras para la moneda local, como el pago de impuestos y salarios. Adicionalmente, se implementaron políticas para abaratar el crédito en moneda local, como encajes bancarios más altos para los depósitos en dólares. Esto desincentivó el uso de la moneda extranjera para endeudarse.
Zack también destacó que las normativas exigieron listar los precios en la moneda local, con la opción de agregar su equivalente en dólares. Sin embargo, advirtió que replicar estas políticas en Argentina sería complicado debido al cepo cambiario y la brecha cambiaria existentes. «Hacerlo bajo estas condiciones genera distorsiones impositivas y dificulta la competencia justa entre las monedas», explicó.
Riesgos y oportunidades de un esquema bimonetario
El economista también reflexionó sobre los riesgos asociados a un esquema de convivencia de monedas. Uno de los principales desafíos es el descalce de monedas. Zack ejemplificó: «Una empresa con ingresos en pesos y deudas en dólares podría quebrar ante una devaluación, al igual que una persona que paga un alquiler en dólares pero cobra su salario en pesos».
No obstante, destacó que las regulaciones implementadas desde 2001 han evitado crisis bancarias, incluso en medio de numerosas corridas cambiarias. Esto, según él, demuestra la importancia de mantener ciertos controles mientras se exploran mecanismos para incorporar los ahorros en dólares de los argentinos al sistema financiero formal.
«Si no permitimos que ciertas operaciones se realicen en dólares, esos fondos seguirán guardados debajo del colchón», señaló Zack. En su opinión, canalizar estos recursos a través del mercado de capitales podría ser una herramienta crucial para fomentar la estabilidad de precios y el crecimiento económico.
La importancia de una regulación equilibrada
Finalmente, Zack hizo hincapié en que cualquier estrategia de convivencia monetaria debe diseñarse con cuidado para evitar consecuencias no deseadas. Subrayó que «no es lo mismo implementar estas medidas en un contexto de cepo y brecha cambiaria que en uno donde exista un tipo de cambio único y sin restricciones». Además, recalcó que la convivencia de monedas no debe implicar el debilitamiento del peso, sino su fortalecimiento progresivo.
En síntesis, el análisis de Guido Zack pone en el centro del debate la necesidad de un enfoque pragmático y regulado para gestionar un sistema bimonetario en Argentina. Su propuesta busca aprovechar los ahorros en dólares de los ciudadanos como motor para la economía, pero siempre preservando la estabilidad financiera y evitando desequilibrios que podrían poner en riesgo a empresas y familias. Según Zack, la clave está en la convivencia, no en la competencia, entre las monedas.
Limitaciones del Sistema y Créditos en Dólares
Otro aspecto crítico identificado por Econviews es la exclusión del uso de tarjetas de crédito para pagos en dólares. Las regulaciones del Banco Central impiden otorgar créditos en dólares a quienes perciben ingresos en pesos, lo que limita significativamente la funcionalidad del sistema.
La consultora sugirió que podría haberse permitido el pago en dólares con tarjetas bajo una operatoria similar a las compras internacionales, donde el saldo se paga en dólares o se convierte a pesos a un tipo de cambio más alto. Econviews también planteó interrogantes sobre el acceso a créditos en dólares en el marco de esta nueva política.
«En un contexto de competencia de monedas, no sería justo que quienes toman créditos en dólares puedan optar si liquidarlos en el MULC o no?», cuestionó la consultora, subrayando que esta decisión podría tener implicancias importantes para el sistema financiero y cambiario.
Riesgos y oportunidades de un esquema bimonetario
Zack también reflexionó sobre los riesgos asociados a un esquema de convivencia de monedas. Uno de los principales desafíos es el descalce de monedas. Zack ejemplificó: «Una empresa con ingresos en pesos y deudas en dólares podría quebrar ante una devaluación, al igual que una persona que paga un alquiler en dólares pero cobra su salario en pesos».
No obstante, destacó que las regulaciones implementadas desde 2001 han evitado crisis bancarias, incluso en medio de numerosas corridas cambiarias. Esto, según él, demuestra la importancia de mantener ciertos controles mientras se exploran mecanismos para incorporar los ahorros en dólares de los argentinos al sistema financiero formal.
«Si no permitimos que ciertas operaciones se realicen en dólares, esos fondos seguirán guardados debajo del colchón», señaló Zack. En su opinión, canalizar estos recursos a través del mercado de capitales podría ser una herramienta crucial para fomentar la estabilidad de precios y el crecimiento económico.
La importancia de una regulación equilibrada
Finalmente, Zack hizo hincapié en que cualquier estrategia de convivencia monetaria debe diseñarse con cuidado para evitar consecuencias no deseadas. Subrayó que «no es lo mismo implementar estas medidas en un contexto de cepo y brecha cambiaria que en uno donde exista un tipo de cambio único y sin restricciones».
Además, recalcó que la convivencia de monedas no debe implicar el debilitamiento del peso, sino su fortalecimiento progresivo.
En síntesis, el análisis de Guido Zack pone en el centro del debate la necesidad de un enfoque pragmático y regulado para gestionar un sistema bimonetario en Argentina. Su propuesta busca aprovechar los ahorros en dólares de los ciudadanos como motor para la economía, pero siempre preservando la estabilidad financiera y evitando desequilibrios que podrían poner en riesgo a empresas y familias.
Según Zack, la clave está en la convivencia, no en la competencia, entre las monedas.
A cuánto cotiza el dólar blue hoy
El dólar blue se ubica en $1240 para la venta y a $1220 para la compra.
Cómo operan los dólares financieros
En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación (CCL) se negocia a $1.184, mientras que el dólar MEP opera en $1.167.
Cuál es el precio del dólar oficial
La cotización del dólar minorista del Banco Nación arranca a $1069.
El dólar mayorista se negocia a un promedio de $1050.
Por su parte, el dólar turista se ubica en $1.389,70.
La brecha cambiaria
Por último, la brecha cambiaria entre el dólar mayorista y los diferentes tipos de cambio, se encuentra de la siguiente manera:
- Blue: 18%
- CCL: 13%
- MEP: 11%