Durante los dos primeros años de la última dictadura cívico militar, la vivienda ubicada en Virrey Cevallos 628, en la Ciudad de Buenos Aires, funcionó como uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio de les prisioneres de la Fuerza Aérea. Por empuje de vecinos del barrio de San Cristóbal, de sobrevivientes y de familiares de víctimas del Terrorismo de Estado, el lugar comenzó a ser recuperado para toda la sociedad a principios del siglo XXI y, desde 2009 es un Espacio para la Memoria. El mismo colectivo junto a quienes hasta principios de año trabajaron en su mantención y su vínculo con la sociedad para la transmisión de la memoria, realizaron ayer un festival en su defensa. “Nuestra memoria colectiva la defendemos entre todos”, fue uno de los slogans más convocantes.
“Arderá la memoria” se llamó el festival en defensa de Virrey Cevallos y de todos los sitios vaciados por la política de ajuste que el gobierno de Javier Milei y de Victoria Villarruel desplegó por todas las áreas del Estado con alguna función sensiblemente social y que tuvo especial ahínco en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Con una convocatoria a organizaciones de derechos humanos, sociales, políticas y gremiales, pero también al barrio y a la sociedad en general, el colectivo de (ex) trabajadores del Cevallos organizaron un encuentro con visitas guiadas y música en vivo. Hubo espacio para las infancias, teatro callejero y estampado de remeras gratuitas. El objetivo es resistir a las políticas de destrucción de La Libertad Avanza. “Es un festival para denunciar el vaciamiento de la Secretaría de derechos humanos en su totalidad. Cevallos es un ejemplo muy fuerte porque no dejaron a nadie con un contrato vigente”, explicó Maia Jait, trabajadora despedida del espacio.
Hasta el 2 de enero de 2025, el equipo que volvía líneas de acción los fines teóricos con los que Virrey Cevallos fue desafectado, expropiado y transformado en espacio de Memoria –un proceso que comenzó en 2004– contaba con siete trabajadores. Jait ya había sido despedida en junio pasado; Osvaldo López, coordinador y sobreviviente de ese centro clandestino, también. Desde el 31 de diciembre pasado, el equipo fue vaciado. “Hay dos trabajadores que tomaron el retiro voluntario –una línea precarizado que tomó la gestión de Baños para vaciar de empleados a través del ente cooperador Acara la secretaría– y están a la espera de una recontratación que, por supuesto, va a ser mucho más precarizadora”, sostuvo Jait.
Un ataque a la memoria
El 2025 comenzó fatal en la Secretaría de Derechos Humanos, en donde se efectuaron centenas de despidos. Días después, la legisladora Victoria Montenegro presentó una denuncia ante el juez federal Ariel Lijo por la situación de vaciamiento en la que, tras el recorte, quedaban los espacios de memoria de la ciudad de Buenos Aires. Lijo tomó la denuncia y ordenó al secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, que garantizara el funcionamiento y el mantenimiento de esos espacios. Baños pataleó y aseguró que tales cuestiones quedaban garantizadas, pero difícilmente sea así.
“Sin trabajadores, los espacios son monumentos históricos –expresó Jait–. La definición de Espacio de memoria implica la puesta en marcha de un equipo de trabajadores que construya propuestas para ‘hacer hablar’ al espacio, para construir memoria colectiva con el entorno, con otras organizaciones, con instituciones y otros espacios hermanos; que organice y guíe visitas, que investigue, que mantenga un archivo, que haga tareas para evitar que el lugar se venga abajo”, añadió, entre visita guiada y visita guiada durante la tarde de ayer. Unas 70 personas participaron de la que inauguró el festival, pasadas las 16, pero hubo más. A las 17 se abrieron los micrófonos sobre un escenario en plena calle. Entre arengas y cánticos –30mil presentes ahora y siempre, como a los nazis, les va pasar….– fueron desfilando por allí músiques, narradores y actrices y actores, pero también trabajadores despedidos del Hospital Bonaparte, dirigentes sociales y políticos a expresar su solidaridad, sobrevivientes, como Miriam Lewin.
El reclamo es para que el Gobierno los reincorpore. “Es de suma urgencia y necesidad que así sea”, remarcó la docente. El festival continuó hasta el atardecer. El próximo sábado habrá una asamblea abierta en el Espacio para la Memoria que funciona en lo que fue el centro clandestino “Club Atlético”; el 8 habrá un carnaval en el que funciona en lo que fue El Olimpo.