Periodista: Trump, aranceles, la reunión de la FED. Una agenda previsible. Lo que no estaba en el radar era la aparición de DeepSeek, y la realidad de modelos competitivos de Inteligencia Artificial (IA) a ínfimo costo, con código abierto y recursos técnicos accesibles, lo que implica una revolución en la manera de pensar el negocio. ¿Es un cisne negro? ¿Cuánto afecta a Wall Street? ¿Y fuera? ¿No cambia el juego político que había pensado Trump? Se trata de una compañía china, el momento es sugestivo. ¿Beijing nos dice que ellos también pueden tomar la iniciativa y, si quieren, ser tan disruptivos o más que Trump?
Gordon Gekko: Es lo más parecido a un cisne negro de los últimos tiempos. No soy un experto, pero la idea de que para desarrollar grandes modelos generativos de lenguaje (LLM) había que disponer de una gigantesca capacidad de procesamiento parecía una verdad inconmovible. Y se hizo añicos.
P.: ¿Es el tiro del final para el sueño del mercado bull inagotable? ¿O, al menos, para la euforia sobre la IA?
G.G.: No. Primero que nada, es muy bueno para la Inteligencia Artificial. Es un gran avance. Por supuesto, a la par, supone una disrupción fuerte.
P.: Un caso de destrucción creativa, diría Shumpeter.
G.G.: Sí. En esencia, un antídoto eficaz contra la Nvidia.
P.: El papel cayó 17% y perdió casi 600 mil millones de dólares de capitalización. Wall Street destruyó valor por 1,5 billones de dólares el lunes. Pero, hoy (por ayer) perfila un rebote. ¿Ya está? ¿Esto fue todo?
G.G.: Acá hay ganadores y perdedores. Y los ganadores son muchísimos más. Si la IA se puede desarrollar en forma más barata y en condiciones de mayor competencia eso es excelente para los usuarios. Y como se trata de una tecnología de aplicación generalizada, digamos, como es la electricidad cuya utilización atraviesa toda la actividad económica, la innovación puede ser perjudicial para las Siete Magníficas, para los que tenían una ventaja competitiva (y el poder de fijar precio) que ahora se diluyen; pero es muy positiva para el conjunto de los demás papeles. Y para los consumidores.
P.: Wall Street lo entendió así. Nvidia cayó 17% y el Nasdaq, 3%. En cambio, el Dow Jones se las arregló para subir.
G.G.: No mucho, 0,65%, pero marcó la diferencia con claridad. Dónde mejor quedó expuesta esa realidad fue en la participación (breadth). El índice S&P 500 retrocedió 1,4%. Sin embargo, la cantidad de acciones que cotizaron por encima de su media de 200 ruedas superó 64%, la cifra más alta desde mediados de diciembre.
P.: Para ser un cisne negro, trae buenas noticias.
G.G.: Es un gran avance tecnológico. Sin dudas. Si DeepSeek no hubiera sido una compañía china, el revuelo sería menor.
P.: ¿Cree que le cambia a Trump su visión de lo que debe hacer?
G.G.: No. La idea de frenar a China es evitar que le dispute a EEUU la hegemonía. Beijing ratifica que puede hacerlo a pesar de todas las restricciones que existen hoy.
P.: ¿Veremos un Trump más duro que antes, entonces?
G.G.: Ya vimos su severidad con Colombia. Con China es mucho más cuidadoso que en su primer mandato. Y lo será más si no se sabe qué cartas guarda Xi Jinping bajo la manga. A Petro le revoleó un arancel de 25% por un entredicho menor, pero esa prepotencia es fácil. Si no hay réplica, no tiene costo.
P.: ¿Puede pensarse que lo de DeepSeek fue un aviso?
G.G.: Es fácil pensarlo. Corroborarlo es otra cosa. Pero, Trump le bajó el voltaje a la relación bilateral ya de antes. La respuesta convencional de China – y del mercado de bonos – a una suba fuerte de aranceles es motivo suficiente para pensarlo muy bien antes de actuar.
P.: ¿Qué hará la FED en su reunión?
G.G.: Nada. Espera que Trump devele su política de aranceles, la comience a ejecutar y se observen sus consecuencias. La primera mitad del año, a lo sumo, habrá que limitarse a ajustar el “guidance”, la comunicación, y dejar el resto de la política monetaria sin novedad. Las tasas largas, si hace falta, van hacer el trabajo sucio.
P.: ¿Vamos a un esquema de aumento escalonado de aranceles, a un ritmo de 2 / 2,5% por mes, o cada dos meses, con un techo no mayor a 20%?
G.G.: Es probable. No sería extraño ver un régimen que mezcle comercio con criterios de defensa y seguridad y arreglos políticos y habilite aranceles en distintos casilleros, según el país. Un sistema discrecional, sujeto a constante negociación. Pero, a esta altura, que lo defina la Administración. La campaña terminó. Y hay que gobernar. Si Trump quiere que las tasas de interés bajen, diseñar este esquema será todo un desafío. Será la contribución de Scott Bessent, el secretario del Tesoro. Por supuesto, el techo del arancel va a ser más alto. Eso lo pondrá Trump a piacere, pero será un elemento de presión y de ornato, para pavonearse, y nada más.