Haber puesto en caja a la emisión monetaria y mantenido por más de un año el equilibrio fiscal son dos herramientas claves que el Gobierno pretende hacer jugar cuando finalmente se decida avanzar con la eliminación de las últimas restricciones cambiarias.
Mientras tanto, se mantendrá el plan «paso a paso», con la eliminación paulatina de las distintas capas del cepo, que probablemente acelere su ritmo una vez que se produzca el desembolso del FMI.
En el equipo económico hay tranquilidad porque consideran que el mercado no tiene pesos suficientes para apostar a una suba del tipo de cambio en caso de que se eliminen definitivamente las restricciones.
Pero admiten que la medida recién se anunciaría después de las elecciones legislativas de octubre, por la inclinación que tiene la Argentina a intentar forzar grandes cambios en tiempos electorales.
Salir del cepo antes de los comicios legislativos, en los que el oficialismo cree tener chances de hacer un buen papel, sería un riesgo demasiado grande.
Igual, en el Gobierno explican que no hay pesos suficientes en el mercado para que pueda darse una devaluación brusca, y destacan que la brecha cambiaria se mantiene por debajo del 20 por ciento desde hace meses.
Esta semana el dólar futuro se pactó por encima de los $1.300 para diciembre, por encima de lo que prevé el REM de enero y el tipo de cambio oficial con el crawling de 1%.
En el Gobierno destacan que la base monetaria está en niveles mínimos.
Fin del cepo cambiario: qué puede pasar con el dólar, según Luis Caputo
Consultado el ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció que a la hora de eliminar los controles cambiarios se podría producir algo de «volatilidad» en las cotizaciones.
Pero insistió en que tener tan controlada la cantidad de pesos impediría cualquier chance de que se produzca un cimbronazo.
«Cada vez hay menos pesos, y cada vez va a haber más dólares. Eso va a permitir salir del cepo sin ningún problema«, transmitió Caputo.
Algunos analistas creen que la salida de las restricciones cambiarias podría llegar antes de lo esperado. «Podría adelantarse tras el acuerdo con el FMI y antes de las elecciones, porque eso podría motorizar inversiones hoy demoradas, más allá del RIGI», estimó la consultora Analytica.
El paso a paso rumbo a la liberación del cepo ya tendría una hoja de ruta armada. Una vez que llegue el desembolso del Fondo Monetario, el Gobierno saldría a flexibilizar aún más las importaciones, reduciendo los pagos a un período inferior a los 30 días.
Pero el economista Ricardo Delgado advierte que «no hay dólares suficientes» para adopta una apertura inmediata como hizo Mauricio Macri en 2015.
En 2015 el expresidente abandonó el cepo en una semana. En el Gobierno son críticos de aquella experiencia y explican que la secuencia recorrida y que buscan completar es la inversa.
El primer paso de esa apertura gradual se dará con la utilización del Tesoro de todos los fondos que envíe el organismo a cancelar parte de la deuda con el Banco Central, de tal forma de mejorar el estado patrimonial del BCRA.
Son algunas de las condiciones claves que se deberán cumplir para que la fecha de eliminación del cepo se anticipe.
No obstante, hay consenso entre los operadores y brokers en que el cepo no se levantará antes de las elecciones legislativas, para evitar volatilidad e impactos en la inflación. Haber bajado el costo de vida es el gran logro de Milei de cara a los comicios.
Las restricciones a levantar para salir del cepo cambiario
Según informes que circulan en la city, aún existe trabas para la libre circulación de divisas. Esos obstáculo complican la llegada de inversiones extranjeras.
Una de esas trabas afecta a los ahorristas y a los pagos con tarjeta de crédito en el exterior. Los individuos solo pueden adquirir hasta u$s 200 mensuales para ahorro. Además, los pagos con tarjeta de crédito en el exterior están alcanzados por impuestos que encarecen el acceso a la divisa. Por eso cada vez más gente está utilizando dólares del colchón para saldar deudas en dólares.
El paso a paso también deberá terminar con la obligación que tienen los inversores que compran o venden valores en dólares de depositarlos en cuentas bancarias locales, limitando la movilidad de capitales.
Entre las grandes compañías de capital internacional, también tienen expectativas de que el Gobierno elimine la prohibición que tienen empresas multinacionales de transferir libremente sus dividendos a casas matrices fuera del país.
Otro elemento que el Gobierno deberá tener en cuenta es que los importadores tiene aún dificultades para obtener dividas. Esto a pesar de que el plazo promedio para acceder a dólares se redujo de 180 a 30 días.
Expertos señalan, además, la necesidad de ir flexibilizando trabas para comprar divisas. Inversores extranjeros ahora solo pueden comprar y vender hasta $200 millones diarios (menos de US$190.000) en valores, además de requerir autorización previa del Banco Central.
Y otro elemento clave es que se deben esperar 24 horas para la compraventa de bonos con el fin de adquirir dólares.
Tal vez una de las últimas trabas que se eliminarían antes de la desaparición del cepo es la que impide a inversores comprar dólares en el mercado oficial si realizaron operaciones de compra en el mercado financiero (MEP o CCL) en los 90 días previos o posteriores.
Este es central para alentar la emisión extranjera, que es la más bajo desde el 2003.
Ese escenario seguramente cambiará a partir de la puesta en marcha del régimen para grandes inversiones, al cual ya han adherido compañías del rubro energético y minero.
En el marco del acuerdo que se viene con el FMI, una duda es qué ocurrirá con el dólar blend, que permite a los agroexportadores liquidar un 20% de sus divisas en el contado con liqui a un valor más alto que el dólar oficial.
Hasta el sector agropecuario preferiría que el Gobierno apostara más a mantener bajas las retenciones que a seguir con ese esquema diferencial del dólar, que es cuestionado por el FMI.
Se estima que, por culpa de ese mecanismo, el Banco Central no pudo comprar más de u$s 6.000 millones el año pasado.
Para qué se utilizará el desembolso del FMI
Milei y Caputo sostienen que el dólar el blend tiene un peso mínimo frente a las graves distorsiones que sufrió el sistema financiero argentino tras la crisis del 2001.
Por eso el presidente habla de la «estafa descomunal de la pesificación asimétrica, lo cual implicó que la política se robó u$s 14.000 millones que respaldaban la base monetaria en 2001″. Según sus cálculos, representan unos u$s 30.000 millones actualizados por la inflación de Estados Unidos.
A esto se suma otra «estafa» cometida con el denominado Fondo del Bicentenario, cuando se extrajeron del BCRA u$s 10.000 millones, que a dinero de hoy serían u$s 15.000 millones.
Para el Presidente, el «saqueo de los políticos vía el Banco Central no se acaba con esas dos estafas monumentales, sino que a eso hay que sumar los u$s 25.000 millones de la venta de dólar futuro durante 2015 y los u$s 40.000 millones de las SIRA (permisos de importación) en 2023».
Milei sostiene que «en los últimos 25 años, la política, mediante el BCRA, les robó a los argentinos u$s 110.000 millones, y que eso explica la inflación desatada de los últimos años.
Para frenar esto, el presidente explica que su gobierno cortó el flujo de emisión de dinero, eliminando el déficit del Tesoro Nacional y rojo cuasifiscal del BCRA generado por el devengamiento de intereses de los pasivos remunerados.
Así, la base monetaria amplia permanece constante desde mediados del año pasado.
Por otro lado, se trabajó en la regularización de los stocks, entre lo que se destaca un write-off (reconocimiento de pérdida de valor) en títulos públicos por cerca de u$s 45.000 millones, y de ir pasando deuda del BCRA al Tesoro, dado que el origen de esos compromisos está en el déficit fiscal financiado con emisión monetaria.
«Como parte de esta tarea el stock de deuda bruta consolidada cayó en u$s 20.000 millones», señala Milei.
Y sostiene que ahora falta un paso adicional, para lo cual será clave el apoyo del FMI, que el Tesoro utilizará para cancelar parte de su deuda con el Banco Central.
«La deuda bruta no sube y en caso de que la misma se utilice para rescatar títulos cuyo valor de mercado está debajo la par, la misma caerá. Por lo tanto, el acuerdo con el FMI busca restaurar el patrimonio del BCRA, para que de este modo la inflación sea solo un mal recuerdo del pasado», indica el jefe de Estado.
Caputo dijo que el monto del financiamiento del Fondo Monetario ya fue definido junto con el staff técnico del organismo y que la firma definitiva del programa se concretará una vez que se complete el proceso legal interno.
Mientras tanto, en la semana el Gobierno buscará avanzar con el decreto que respalda la negociación, y que no podría ser suspendido por ambas cámaras legislativas.
Habrá que ver entonces cómo evolución el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario y si la dupla Milei-Caputo estará en condiciones de seguir «reescribiendo los libros de economía», como repiten los funcionarios a un gobierno al que optimismo nunca parece faltarle.