El dólar blue cerró este lunes en $1.325 para la venta y $1.305 para la compra, tras una abrupta suba de $25 en una sola jornada, acumulando un avance de $95 en lo que va de marzo. Este salto, que concentra casi todo el incremento de la semana pasada ($20), elevó la brecha con el dólar oficial al 23,4%, en un contexto marcado por la falta de claridad sobre el acuerdo entre el gobierno de Javier Milei y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como rumores de devaluación que las autoridades descartan tajantemente.
En el mercado mayorista, el dólar avanzó apenas 50 centavos, cerrando a $1.074 por unidad, con una variación mensual de solo 0,9%, la menor desde que asumió la actual gestión. Mientras tanto, los dólares financieros también reflejaron presión: el MEP se ubicó en $1.312,57 (brecha del 22,1%) y el Contado con Liquidación (CCL) alcanzó $1.316,80 (brecha del 22,6%). El dólar tarjeta y ahorro, por su parte, cotizó a $1.420,90. En el mercado futuro, los contratos mostraron estabilidad para marzo y abril, pero subas superiores al 2% desde septiembre, evidenciando incertidumbre sobre el esquema cambiario.
El Banco Central (BCRA) volvió a intervenir, vendiendo US$143 millones en el mercado de cambios, sumando once jornadas consecutivas con saldo negativo y un total de US$1.780 millones. En marzo, las ventas oficiales alcanzaron US$1.156 millones, rompiendo siete meses de compras netas. Esto llevó las reservas brutas a US$25.052 millones, tras una caída de US$723 millones (-2,8%), afectadas por pagos de deuda y operaciones bancarias.
El clima financiero se agravó con números rojos en la mayoría de los indicadores. El índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires abrió con una baja del 2,5%, mientras los ADRs argentinos en Nueva York, como Banco Supervielle, sufrieron caídas de hasta 5,65%. Los bonos de deuda pública retrocedieron más del 1,5%, empujando el Riesgo País por encima de los 800 puntos. En el mercado de futuros, los contratos a fin de abril se pactaron a $1.170 (tasa anual del 108%), reflejando temores a un ajuste cambiario ligado al FMI.
A la incertidumbre local se sumó un panorama global adverso, con caídas en los mercados internacionales tras el anuncio de aranceles por parte de Donald Trump. Tokio se desplomó más del 4%, seguida por las bolsas europeas, el Nasdaq y el Dow Jones, afectando aún más la confianza en los activos argentinos. La combinación de dudas internas y externas mantiene en vilo a inversores y analistas.