Solo veinticuatro horas después del abrazo al Ministerio de Salud para impedir el cierre de direcciones y coordinaciones, el Gobierno informó que 1400 personas quedarán en la calle, al recortar personal en hospitales e institutos especializados. El Ejecutivo lo denominó «proceso de reestructuración» y hasta algunos funcionarios festejaron los despidos. «Afuera, seguimos con la motosierra», escribió un tal Javier Milei.
Los despidos -algunos lo quieren maquillar con «no renovaciones»- incluyen a trabajadores del PAMI, al Instituto Nacional del Cáncer, Superintendencia de Servicios de Salud, Sedronar, ANDIS, ANLIS – Malbran, ANMAT, Inareps, y los hospitales Español, Bonaparte, Sommer, Posadas, René Favaloro y Cuenta Alta.
“Esta medida se suma al recorte del 30% de cargos políticos realizado durante los primeros días del año y no afecta el normal desarrollo de las funciones de la cartera sanitaria”, aseguró el Ministerio de Salud en un comunicado y argumento que se detectaron “irregularidades” en las contrataciones por parte de la gestión anterior, sin dar muchos más detalles.
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