El encuentro entre Javier Milei y Kristalina Georgieva fue «inmejorable», según el Gobierno. Existe sintonía total entre ambos y las elogiosas declaraciones de la titular del FMI tras la reunión de más de una hora parecen demostrarlo. Hubo un efusivo abrazo entre ambos, ampliamente fotografiado, y una imagen de todos los que participaron del encuentro.
Allí aparecen Luis Caputo, el ministro de Economía argentino, y Luis Cubeddu, quien quedó a cargo del caso argentino. Caputo y Cubeddu, doctorado en la Universidad de Pennsylvania y con esposa argentina, mantienen una relación de estrecha confianza, a tal punto que Cubeddu tiene claro un límite que han marcado Milei y Caputo en las largas negociaciones: «La Argentina, antes de devaluar, preferiría postergar las negociaciones con el Fondo». A ese nivel de convencimiento llegaron los funcionarios argentinos, que conocen cómo funciona la mente y el alma de los argentinos.
Saben que en caso de apreciar el dólar, como le gustaría al FMI y cómo recomiendan muchos especialistas, volvería el fantasma de la inflación y arrasaría con el esfuerzo que realizaron los argentinos durante el 2024, para soportar una ajuste sin precedentes que provocó caídas del poder adquisitivo récords.
Es el límite que tiene la gestión libertaria. La baja de la inflación mejoró el ánimo de la población y lleva a muchos a pensar que el 2025 será mejor. Es un dato clave para el gobierno, porque este año habrá elecciones que Milei necesita ganar para empezar a moldear el Congreso a su gusto y avanzar con reformas que de otra manera no tendrían destino.
Las diferencias entre Argentina y el FMI
Pero por ahora las diferencias entre la Argentina y el FMI parecen haber quedado en un lejano segundo plazo. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con Milei como invitado especial a su asunción, anticipa una estrecha relación entre los Estados Unidos y la Argentina. Y después del fuerte respaldo que Georgieva le dio a Milei, el nuevo acuerdo parece estar cerca de concretarse.
La semana próxima llegará a Buenos Aires una misión técnica del FMI, lo que permitiría avanzar en las negociaciones para lograr un nuevo trato. El objetivo de Caputo es que el organismo internacional otorgue fondos frescos. Al menos u$s 11.000 millones que permitirían ir terminando con los stocks acumulados de deuda que el Tesoro asumió del Banco Central, y que son un requisito clave impuesto por Milei para empezar a pensar en serio en terminar con el cepo cambiario.
El Fondo quiere que las reservas pasen a terreno positivo y ponerle un freno a la apreciación del peso, aunque aceptaría que por ahora no hay una devaluación. Solo quiere que el dólar no se siga retrasando. La decisión del gobierno de bajar al 1% el crawling peg a partir de febrero conspiraría contra esa pretensión. Pero Caputo habría prometido que sería la última medida en medio del titánico intento de llevar la inflación por debajo del 2% mensual.
Entre los analistas se da por hecho que cualquier acuerdo pondrá el foco en el tema cambiario y en las reservas. El FMI ya se ha referido anteriormente a la necesidad de desmantelar los controles cambiarios. Para los especialistas, el acuerdo con el FMI será clave en la evolución del programa económico, en tanto podría proveer los dólares necesarios para fortalecer las reservas y salir del cepo sin muchos sobresaltos, según consigna el último reporte de la consultora EcoGo.
Una de las discusiones abierta es si el gobierno de Milei está dispuesto a ir hacia un tipo de cambio flotante, o espera mantener un dólar fijo al menos hasta las elecciones de octubre.
El impacto de un acuerdo con el FMI
Los expertos consideran que un acuerdo con el FMI puede ser muy importante para la economía argentina siempre y cuando no modifique la estructura del actual programa económico. Un informe de Black Toro señala que las condiciones que vengan adheridas a cualquier desembolso del FMI son tan importantes como el desembolso en sí.
El reporte coincide con la visión del gobierno, al señalar que se habla de que el FMI puede pedir una devaluación para liberar los fondos, pero entrar en un acuerdo de ese tipo sería un grave error.
«La historia nos enseña que no hay forma de que un salto devaluatorio tenga un impacto limitado sobre precios en una economía que tiene más de la mitad de su canasta de consumo en bienes y servicios transables, y que además usa al dólar como unidad de cuenta», señala el informe de Black Toro.
Y, desde el plano político, alerta que si devalúa, el oficialismo se queda sin credibilidad, sin programa antiinflacionario, y sin programa de gobierno, y en esas condiciones un desembolso de US$ 10.000 o US$ 15.000 millones de dólares no necesariamente acerca a poder salir del cepo. En cambio, consigna que si el FMI permite que el gobierno mantenga su política cambiaria actual, un desembolso de la magnitud que se está hablando puede acelerar mucho una salida ordenada y definitiva del cepo.
Luis Caputo, firme en contra de la devaluación
Caputo está firme en que si bien un desembolso bajo las condiciones correctas le da un enorme aire al gobierno, no deja de ser vital que la disciplina fiscal y monetaria se sostenga, y también el mantenimiento del ancla cambiaria para mantener a raya la inflación. Es lo que viene sosteniendo en los últimos meses y que la ha dejado claro a los negociadores del Fondo Monetario. El éxito en la baja de la inflación le dará aire al gobierno para poder negociar en mejores términos el acuerdo.
Un informe de Max Capital proyectó que el FMI proveerá fondos, aunque limitando las intervenciones bajo un objetivo de reservas internacionales netas. Según ese análisis, el Fondo podría incluir una cláusula según la cual, si no se alcanza el objetivo de acumulación de divisas, se debería aceptar debilitar el peso.
«Creemos que el escenario más probable es un acuerdo donde el gobierno unifica el mercado de cambios para la cuenta corriente relativamente rápido, eliminando el blend y reduciendo el límite temporal bajo la restricción cruzada, aunque manteniendo ciertos controles de capital y represión financiera para evitar presiones de los stocks, proporcionando gradualmente una salida con fondos del FMI», indicó Max Capital.
Lo que está claro es que la negociación con el Fondo Monetario adquirirá en los próximos días mayor velocidad luego de que la reunión entre Milei y Georgieva dio luz verde para que los equipos técnicos reanuden conversaciones presenciales en Buenos Aires hacia un programa financiero nuevo que incluya nuevos desembolsos y que acelere el proceso de desarme de los controles cambiarios, una de las observaciones que el staff del organismo le hizo al Gobierno en las últimas semanas.
Acuerdo con el FMI: un nuevo esquema de metas fiscales y de reservas
La visita técnica del FMI se producirá casi un año después de la última vez que la plana mayor del staff estuvo en el país para darle forma al nuevo esquema de metas fiscales y de reservas que rigieron durante el 2024. El escenario ahora será otro, ya que aquella discusión se dio en momentos en que la economía atravesaba la peor parte del impacto de las medidas de emergencia. Para este año se espera una recuperación.
El ida y vuelta entre Buenos Aires y Washington adoptará otra velocidad en un contexto en que el Poder Ejecutivo busca un programa que le asegure desembolsos nuevos para reforzar el Banco Central. Una opción sería utilizar ese financiamiento para cancelar letras emitidas por el Tesoro hacia el BCRA. Milei llegó a hablar de un mínimo de u$s 11.000 millones para solicitar al organismo de crédito.
Pero todo es optimismo, y Caputo destacó que esta relación con el Fondo hubiese sido «impensable un año atrás. Hoy hay credibilidad y confianza entre ambas partes, construida por el cumplimiento inclaudicable con todo lo comprometido». A favor de la Argentina, el FMI destacó que «el establecimiento de un ancla fiscal fuerte, que eliminó el financiamiento deficitario por parte del Banco Central, puso en marcha el elemento clave que faltaba en el programa original».
Pero sostuvo que «para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria».
«La presencia de amplios controles cambiarios (que será necesario desmantelar para aliviar las distorsiones y recuperar el acceso a los mercados de capital) y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta podrían dificultar la acumulación continua de reservas», advirtió el organismo.
La mayoría de los acuerdos recientes del FMI incluyeron medidas de ajuste fiscal, reducción del papel del Estado y la adopción de un régimen cambiario flexible determinado por oferta y demanda. También se incluye la relevancia de la paulatina eliminación de controles cambiarios, la supresión de restricciones a las importaciones y de los tipos de cambio múltiples.
El equipo económico encara con optimismo el encuentro con los enviados del Fondo que llegarán la semana próxima. Y ya anticiparon que se cumplirá sin problema con el pago de u$s 650 millones en intereses con el organismo, que se deberán desembolsar a principios de febrero.
Mientras tanto, se apunta a fortalecer todo lo posible las reservas a partir de la entrada de la cosecha gruesa de soja, que será menor a la esperada, por la caída de los precios internacionales.