La profundización del déficit respondió fundamentalmente al salto del 53,3% (+u$s500 millones) en las importaciones, hasta los u$s1.438 millones, según datos del Ministerio de Economía del país vecino. La mayor parte de este avance fue explicado por las compras de autos, que presentaron un crecimiento interanual del 70%; dentro de este rubro se destacaron las de vehículos automotores de pasajeros.
Mientras tanto, las exportaciones aumentaron un 46,9% interanual (+u$s337 millones) a u$s1.054 millones. Aquí también el sector automotriz fue el que generó el grueso de esta variación; entre las ventas de vehículos para el transporte de mercancías y para el transporte de pasajeros agregaron más de u$s250 millones en relación a febrero del año pasado.
Por el contrario, el agro mostró un desempeño débil en el segundo mes del año. En trigo y centeno sin moler las ventas a nuestro principal socio comercial cayeron 1,1% anual a u$s118,6,5 millones. Asimismo, los subproductos agropecuarios mostraron fuertes bajas, lideradas por preparaciones y cereales de harinas o almidón de frutas y vegetales, que se redujo en un 70,2% versus 12 meses atrás.
Con estos números, la balanza comercial entre ambos países en el primer bimestre de 2025 dio un saldo negativo para Argentina de u$s711 millones, un 278% por encima del resultado del mismo período de 2024.
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Las cifras provenientes desde la nación presidida por Lula Da Silva mostraron que Argentina se posicionó en tercer lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China y Hong Kong y Macao (u$s7.991 millones) y Estados Unidos (u$s3.341 millones). A su vez, entre los principales compradores de Brasil, Argentina también se ubicó tercera, detrás de China, Hong Kong y Macao (u$s5.310 millones) y Estados Unidos (u$s3.202 millones).
Se espera un déficit bilateral con Brasil de u$s4.000 millones: cuáles son las razones
Desde la consultora Abeceb esperan que en 2025 el déficit con Brasil se incremente a la zona de los u$s4.000 millones, debido a un aumento de las importaciones bastante más significativo que el de las importaciones (40% vs. 12%).
«Del lado brasileño, dos factores contrapuestos moverán el flujo bilateral: primero, se espera una desaceleración económica en Brasil (que pasaría de crecer 3,5% en 2024 a 2% este año) que llevaría a una moderación de las compras del exterior, en un contexto de persistencia de preocupaciones sobre el frente fiscal que impactan negativamente en la inversión, y mayores tasas de interés, ante una inflación persistentemente alta, impactando en el consumo», profundizó la entidad.
Por el contrario, agregaron, la apreciación del real brasileño (luego de la importante devaluación de 2024), podría perjudicar la competitividad de las exportaciones de la principal economía de la región e incentivar las compras del exterior. Aun así, aclaró la consultora, un contexto internacional convulsionado por las amenazas de guerra comercial entre Estados Unidos y varias economías de peso implican riesgos. «Un dólar más fuerte necesariamente apunta a monedas emergentes más débiles», acotó.
Respecto de Argentina, en Abeceb sostienen que el principal «driver» será «la recuperación de la actividad económica luego de dos años recesivos en el que el crecimiento se perfila para superar el 5% anual«, lo cual, junto con la apreciación cambiaria y la apertura comercial, impulsarían al alza las importaciones.