Jugó en Boca, es colombiano y fue nombrado embajador para la salud mental

Jugó en Boca y vistió la camiseta de clubes como el Inter y el Vasco da Gama, pero los excesos terminaron de la peor manera con su carrera y lo llevaron a la ruina personal, económica y familiar. Luego de una larga lucha, se transformó en un símbolo de resiliencia y se alejó del alcohol. Sin embargo, todos los días libra una dura batalla para no tener una recaída. Por lo tanto, un reconocido ente decidió premiarlo con un importante cargo.

A partir del próximo 8 de enero, Fredy Guarín será el embajador para la salud mental de la Dirección de Asuntos para Las Américas de la Casa Blanca, cargo al que llegó gracias a un contacto que le consiguió Néstor Lorenzo, actual entrenador de Colombia.

«Lo estamos materializando, estamos trabajando mucho. Es una oportunidad que llevo con mucho orgullo. Quiero llevar el mensaje desde lo vivido, desde mi experiencia a nivel personal», aseguró el ex defensor en diálogo con Paisa Deportes.

A lo largo de su carrera, Fredy Guarín disputó 493 partidos, marcó 83 goles y repartió 63 asistencias. Vistió la camiseta de Millonarios, Inter, Vasco da Gama, Boca y Porto, entre otros. Además, fue parte de los procesos más exitosos de Colombia en los últimos tiempos. De hecho, fue campeón Sub 20 en 2005 y formó parte del equipo que lideró José Pekerman en el Mundial de Brasil 2014.

Fredy Guarín regresó a su país natal en 2020 para coronar su amplia trayectoria, pero su adicción al alcohol no le permitió disfrutar su último baile con Millonarios (club del que es hincha) y lo obligó a retirarse mucho antes de lo que le hubiese gustado. Sin embargo, el problema arrancó en medio de su gran momento futbolístico, más precisamente durante su paso por el Inter de Milan.

«Yo lo manejaba muy bien, me emborrachaba dos días antes del partido y llegaba, funcionaba. Ganábamos, hacía uno o dos goles», reconoció el ex volante en diálogo con Caracol. Acto seguido, indicó: «Trabajaba más que cuando no tomaba«. No obstante, lo que en principio sentía que podía controlar, se le fue de las manos e, incluso, lo puso en peligro en más de una oportunidad.

Según él mismo relató, llegó a estar borracho 10 días consecutivos, situación que lo impulsó a saltar de un balcón en Brasil en medio del aislamiento por el coronavirus. «Vivía en un piso 17 y me desconecté de la vida, mi reacción fue mandarme. Había una malla en el balcón, salté y me devolvió. Yo inconsciente de lo que estaba haciendo no sé qué pasó. Sabía que en cualquier borrachera iba a morir. Era la muerte o la cárcel«, soltó.

«Tomaba 50, 60, 70 cervezas en una noche. Llegó la pandemia, no había entrenamiento, no había grupo, no había futbol y no había temor. Me iba para la favela y estaba con cualquier chica», recordó visiblemente angustiado. Segundos después, profundizó: «Me abandoné por completo, me iba a buscar peligro. Yo le decía adrenalina a ver armas, movimiento. No medía el riesgo«.

Afortunadamente, confirmó que la pesadilla terminó y lleva más de seis meses sin beber. De todas formas, esta batalla no hubiese sido posible sin sus familiares y amigos. Por lo tanto, el ex mediocampista reveló qué figura de los Cafeteros le brindó su hombro durante todo este tiempo en silencio. «Juanfer, principalmente«, destacó.